miércoles, 2 de abril de 2014

Obsolescencia programada

Todos los productos alimenticios tienen fecha de caducidad. Lo podemos comprobar cada vez que vamos a un supermercado y localizamos en la tapa del producto la fecha en la que éste “ya no se puede consumir”. Está claro que de forma natural, cualquier producto quedará no apto para el consumo al cabo de un tiempo. Pero lo que ocurre es que esa fecha de caducidad está determinada por los conservantes que lleva, y esa fecha la calcula la empresa para intentar aumentar su producción. Incluso en los medicamentos pasa lo mismo. Pero, ¿las tecnologías también tienen fecha de caducidad?

Cuando se puso en marcha el proceso de fabricación de bombillas, la gente compraba impulsivamente, pero pronto cesó su venta. ¿Por qué? Porque todo el mundo ya tenía las bombillas suficientes en sus hogares, y éstas no se rompían. Las empresas quebraban y necesitaban encontrar una solución. Así que empezaron a fabricar bombillas defectuosas, que tuvieran “fecha de caducidad”, para que así no cesara la producción. En la actualidad se sirve conservando este principio. Todas las máquinas que nos rodean tienen un tiempo de vida limitado el cual no podemos controlar, determinado por la garantía, a partir de la cual es la fecha en la que el producto empieza a dar fallos. Veamos el caso de los móviles. A partir de los dos años, la batería empieza a disminuir su tiempo de vida, y con las mismas horas de carga, dura menos. Este tiempo irá disminuyendo hasta que la batería quede inservible. Si mandas tu móvil a reparar, o te dicen que el móvil no tiene arreglo, o al colocarte una batería nueva dura muy poco. Así es, todo está pensado para que renueves el móvil cada x años. En los ordenadores ocurre algo similar. Un ordenador puede vivir 10 años sin sufrir fallos. A partir de esos 10 años, empieza a dar fallos como pérdida de información y disminución del rendimiento.

En resumen, hay que llevar cuidado con el consumo compulsivo, pues es lo que los gobiernos pretenden que hagan las personas con la sociedad de consumo, en la que ellos son los que ponen las normas y muchas veces ni nos informan de lo que realmente ocurre.



Fuente:http://www.chw.net/2010/11/bio-disco-duro-hasta-900-tb-de-almacenamiento-por-gramo/

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